Presentación

Una de las más antiguas y respetables empresas editoras de Londres, a la que le fue entregado, en primer lugar, el manuscrito de este libro, envió a Mikhail Naimy una carta en la que le decía lo siguiente:

«Desde que usted nos envió el manuscrito de «El Libro de Mirdad», hemos recibido detallados comentarios sobre él, procedentes de nuestros consejeros literarios y, aunque naturalmente sus opiniones son de carácter confidencial, podemos revelarle que expresan admiración por su sinceridad y devoción; sin embargo, resaltan que este libro representa tal modificación del dogma cristiano establecido, que sería necesario fundar una nueva iglesia, en el mundo de habla inglesa, para que existiese la posibilidad de ser vendido en la cantidad suficiente que compensase su publicación.» «… Le estamos muy agradecidos por habernos brindado la oportunidad, en primer lugar, de leer un libro tan fuera de lo común.»

Citamos ahora parte de la respuesta de Mikhail Naimy:

«Es totalmente cierto que el libro se aparta del dogma cristiano establecido. Y se desvía también de todos los dogmas establecidos, sean religiosos, filosóficos, políticos o de cualquier otra especie. ¿Por qué ha de ser tan sagrado e inmutable un dogma? ¿Podrá encerrarse, alguna vez, la Verdad en unas determinadas palabras y no en otras? ¿Acaso la Verdad tiene un solo camino? La importancia de mi libro reside precisamente en esto: en que revela nuevos caminos para aproximarse a los eternos problemas de la existencia. Si hubiera sido una simple variante o confirmación de una creencia o de un sistema de pensamiento establecido, no me habría molestado en escribirlo…»

«Aunque concebido y redactado en inglés, no está destinado exclusivamente al público de habla inglesa, ni tampoco pretende conmocionar o alarmar a los fieles de otras creencias, sino conmover a la humanidad para hacerla salir de su letargo dogmático, tan cargado de odio, de disputas y de caos.»

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